Information Overload
Últimamente he estado sufriendo de sobrecarga de información.
Espero que pronto se inventen los libros en pastillas (que te bebas una pastilla de un libro y se quede en tu mente como que lo leiste) J porque ya el tiempo no está dando para asimilar la cantidad de información que nos está llegando.
Hace un par de años, empecé a comprar los libros en formato de audio, para poder oír los libros mientras descansaba, así aprovechaba a descansar mi vista, ya que me paso el día entero delante de una pantalla (ya sea la computadora, o el televisor). Para mí esto fue “la chulería en pote”, porque me podía acostar en mi cama a mirar el techo o cerrar los ojos, y escuchar bestsellers como The DaVinci Code. Me acostumbré a esto y hace mucho tiempo que no compro un libro (a menos que sea un libro técnico de programación) en formato convencional.
Después encontré los podcasts, y comenzé a grabarlos en mi Pocket PC también, pues me compré un Compact Flash de 1GB para poder tener los podcasts y los libros. Pero no era suficiente, era muy incómodo el bajar audio, escucharlo y borrarlo para hacer espacio para otros, fue entonces cuando decidí comprarme un iPod.
Compré el iPod de 20GB porque pensé que 40GB era demasiado para mí, ya que mi colección de música no ocupaba más de 6GB. Todavía estoy de acuerdo de que esos 20GB son suficientes para mí, pero mi iPod esta casi llenándose. De qué? de podcasts. Lo más raro es que el 85% de las veces que prendo el iPod es para oir o un podcast o un libro. Siempre escucho podcasts y libros mientras voy en el carro para el trabajo o mientras estoy trabajando. Es muy raro que escuche música de los casi 10GB que tengo.
Dada mi constante necesidad de estar conectada, recientemente compré un Pocket PC nuevo, que me ofrece mejor resolución para ver videos, porque muchos de los sites que navego de programación (específicamente los de Microsoft) ofrecen ciertos shows “bajables” en formato Windows Media Video (WMV) que los grabo en el Pocket PC para verlos mientras estoy acostada en mi cama antes de dormir, o mientras estoy metida dentro de un secador de pelo en el salón.
Ya no hay tiempo para nada. Entre todo esto y el tránsito en nuestro país que ir de aquí a allí toma 30 minutos, los días son mas cortos, las 24 horas del día no son suficiente para todas las actividades que conlleva el vivir en el siglo 21.